Libro de chistes cortos buenos

Un soldado norteamericano, después de haber permanecido año y medio en el Vietnam, consigue una licencia de quince días. Loco de alegría llega a Chicago, donde su mujer le recibe con grandes muestras de afecto. Después de una velada muy animada, se duermen enervados y felices. Pero, hacia el alba, la mujer comienza a soñar en voz alta y grita: -¡Querido, están llamando! ¡Es mi marido! Y el soldado reacciona inmediatamente, movido por la fuerza de la costumbre, salta de la cama, recoge sus ropas y corre a esconderse en el armario.